46 Aniversario de la Semana Negra de 1977 ¡Por la Justicia!

Ceaqua

En esta semana se cumplen 46 años de los asesinatos de varios compañeros y compañeras que luchaban por la libertad en los años finales de vida de Franco y durante la mal llamada “modélica transición”. Porque más bien fue una sangrienta transición en la que reinó la impunidad que tras 46 años seguimos sufriendo.

Manifiesto

46 Aniversario de la Semana Negra de 1977 ¡Por la Justicia!

El 23 y 24 de enero se cumplieron 46 años de los terribles asesinatos de los
estudiantes Arturo Ruiz, Mari Luz Nájera y Serafín Holgado, los abogados
Enrique Valdevira, Luis Javier Benavides y Francisco Sauquillo y el
administrativo Ángel Rodríguez, en lo que se conoce como la Semana Negra
de Madrid. Apenas un mes antes, la policía había aporreado hasta la muerte,
en otra manifestación a Ángel Almazán. Martín Villa era el ministro de
Gobernación con el gobierno de UCD de Adolfo Suárez, que había sido
nombrado directamente por el rey Juan Carlos I. Este personaje de las últimas
décadas del franquismo era bien conocido por su labor en la persecución de
sindicalistas y luchadores antifranquistas, particularmente desde su puesto en
el Sindicato Vertical y como gobernador civil de Barcelona, años en que las
bandas parapoliciales de extrema derecha tuvieron un auge extraordinario.
Obviamente, estas fueron sus credenciales para formar parte de los gobiernos
predemocráticos de Arias Navarro y Adolfo Suárez.
No fueron estos asesinatos los únicos que se llevaron a cabo durante los años
1976-1983: cerca de 40 personas dejaron su vida en las calles de Madrid
luchando contra la dictadura y su continuación monárquica. Igualmente, en el
resto del Estado casi 300 personas fueron asesinadas a manos de la Policía
Armada, la Guardia Civil, las bandas fascistas y los grupos parapoliciales de las
llamadas “cloacas” del Estado.
La transición tenía un objetivo claro: mantener el poder en las mismas manos
que había estado en vida del dictador Franco con su “atado y bien atado”: el
núcleo fundamental del poder siguió estando al mando. No hubo ninguna
depuración en el Ejército, la judicatura, la Administración, las fuerzas de
seguridad, etc. Tampoco en la estructura política, salvo la liquidación de
algunos restos del franquismo que ya no servían como la Sección Femenina,
las Cortes o el partido único, aunque la mayoría de sus integrantes se
reconvirtieron en “demócratas de toda la vida” y encontraron acomodo en los
nuevos partidos o en los Consejos de Administración.
Pero no pudieron con las ansias de libertad de la mayoría de la población, que
desde la muerte del dictador había tomado las calles para seguir luchando
contra la dictadura y para conseguir las ansiadas libertades democráticas tan
largamente negadas. Las manifestaciones, huelgas y movilizaciones siguieron
creciendo de forma imparable desde principios de los 70 y tuvieron su mayor
auge a partir de 1976. En esta ocasión el vil asesinato de Arturo no impidió que
al día siguiente miles de personas salieran a la calle para repudiar ese crimen
de la dictadura. Igualmente, tras los asesinatos de la calle de Atocha 55,
millones de personas salieron a manifestarse en todo el Estado.
Algunos responsables de los asesinatos de la Semana Negra fueron detenidos
y juzgados; sin embargo, las sentencias fueron benévolas o no se cumplieron
e, incluso, se les facilitó la huida a algunos de ellos como a José Ignacio
Fernández Guaza y a Carlos García Juliá y no se investigó a los instigadores y
protectores, como el torturador Juan Antonio Sánchez Pacheco (‘Billy el Niño’)
y sus responsables jerárquicos. Por tanto, NO SE HIZO JUSTICIA. El Estado
sigue en deuda con los familiares y con toda la sociedad democrática a quienes
estos luchadores tan dignamente representan. Seguiremos recordándoles y
exigiendo justicia.
Seguimos y seguiremos luchando para que estos asesinatos sean juzgados
como lo que son: delitos de lesa humanidad, y que sus responsables se
sienten en el banquillo de los acusados como lo que eran: miembros de las
fuerzas represivas de un régimen fascista y criminal. Hasta ahora solo ha sido
posible que una jueza argentina, María Servini, haya escuchado nuestras
denuncias y querellas y haya abierto un proceso criminal contra Martín Villa por
12 asesinatos, entre ellos el de Arturo Ruiz. Esperamos que este proceso siga
adelante y que el Gobierno del Estado español tome todas las medidas
pertinentes para el buen desarrollo de esta causa criminal, mientras la
administración de justicia y la Fiscalía del Estado español sigan haciendo
dejación de sus funciones en la persecución y enjuiciamiento de los referidos
crímenes
¡HONOR A LAS LUCHADORAS Y LUCHADORES POR LA DEMOCRACIA Y
LA LIBERTAD!
¡VERDAD, JUSTICIA Y REPARACIÓN!

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